el universo de la biblioteka
como sabeis e vuelto a ese magnifico universo llamado "biblioteca de cc sociais" por cierto ya an vuelto tos los de siempre (julia , llego el chiko de la biblioteka tb) pues a lo ke voy ke siempre me lio pos ke estaba yo leyendo la voz de galicia i me encontre con esta noticia:
Indignación ante un perro pedigüeño
Crónica Incidente en La Oliva
La escena era imposible que pasara desapercibida. Un joven tocando el acordeón en la calle de La Oliva y a sus pies un pequeño perro con un plástico entre los dientes para pedir y recoger la limosna que le dan los viandantes.
Lleva ya varios días y, en ese tiempo, ha suscitado todo tipo de reacciones. Desde los que simplemente se sorprenden y dejan caer unos céntimos ante la mirada bonachona del can, hasta los que, la mayoría, no dudan en reprender al músico callejero.
Ayer, sin ir más lejos, una vecina advirtió al joven de que, de proseguir con su actitud, no dudaría en alertar a la policía. En su opinión, es una crueldad que el perrito tenga que estar todo el tiempo en la misma postura y con el plástico en la boca, ya que «no puede comer ni moverse», increpó.
El joven, quizás cansado de tantos reproches, invitó a la mujer a denunciarle: «Tal vez usted no tiene por qué preocuparse por lo que va a comer hoy», respondió sin alzar la vista.
vosotros opinareis , dejad vuestra opinion
Indignación ante un perro pedigüeño
Crónica Incidente en La Oliva
La escena era imposible que pasara desapercibida. Un joven tocando el acordeón en la calle de La Oliva y a sus pies un pequeño perro con un plástico entre los dientes para pedir y recoger la limosna que le dan los viandantes.
Lleva ya varios días y, en ese tiempo, ha suscitado todo tipo de reacciones. Desde los que simplemente se sorprenden y dejan caer unos céntimos ante la mirada bonachona del can, hasta los que, la mayoría, no dudan en reprender al músico callejero.
Ayer, sin ir más lejos, una vecina advirtió al joven de que, de proseguir con su actitud, no dudaría en alertar a la policía. En su opinión, es una crueldad que el perrito tenga que estar todo el tiempo en la misma postura y con el plástico en la boca, ya que «no puede comer ni moverse», increpó.
El joven, quizás cansado de tantos reproches, invitó a la mujer a denunciarle: «Tal vez usted no tiene por qué preocuparse por lo que va a comer hoy», respondió sin alzar la vista.
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